Este limpiador no contiene ácidos haciendolo inofensivo frente a la pintura de carrocerías y llantas, así como a los metales habitualmente empleados en vehículos pudiendo aplicarse sobre la carrocería, superficies metálicas, cristales y gomas que conforman el vehículo.
Tras su aplicación permite conocer el grado de contaminación férrica por el cambio de color del producto al entrar en contacto con la contaminación férrica. Inicialmente es transparente y se irá volviendo lila al disolver las partículas férricas presentes.